Los cinco primeros años son de vital importancia |
En Quito hay más de 600 centros de desarrollo in¬fantil privados sin licen¬cia. Para su habilitación, los planteles deben cum¬plir estándares de calidad, entre estos consta la entre-ga de documentos según Édgar Andrade, director Provincial del Mies-Infa.
Todos recordamos cuando éramos niños y nos deja¬ban en la puerta del cen¬tro infantil, al pasar esta puerta todo se transfor¬maba en un ambiente de juego y diversión pero con un toque de temor, cuando aparece aquella persona quien se convier¬te en nuestra defensora y nos canta alegremente.
Tras hacer un recorderis de nuestra infancia, debemos tomar en cuenta que los cinco primeros años de vida constituyen un período de vital importancia, puesto que la mayor parte de las adquisiciones del ser huma¬no se establecen en esta etapa. Pero, se ha preguntado ¿cuántos centros de desarrollo infantil son legales?
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (Mies) y el Instituto de la Niñez y la Familia (Infa) han mantenido un canal abierto de información para que los responsables de los Centros de Desa¬rrollo Infantil se acerquen y obtengan en el Mies- Infa la autorización de funcionamiento, como documento que les habilita para la atención a niños y niñas de tres meses a cinco años, tal como lo establece la resolución administrativa 040-DG-INFA 2010.
Édgar Andrade, director Provincial del Mies-Infa, explica que en Quito hay más de 600 planteles pri¬vados sin licencia. Para tener la habilitación, los cen¬tros de desarrollo infantil para niños de 0 a 5 años, deben cumplir estándares de calidad, entre estos consta la entrega de documentos de identificación, papeleta de votación, record policial, nombramiento de representación legal notariada, RUC, el acuerdo ministerial, resolución, escritura de constitución de la compañía, más el proyecto de Centro de Desarro¬llo Infantil. A esto se suma el cumplimiento de las condiciones básicas y los estándares determinados.
El psicólogo infantil aplicara técnicas específicas para el niño y su familia no cumple el rol del psicólogo educativo así que no tratará ningún trastorno relacio¬nado con el aprendizaje , tipo dis¬lexia (dificultad para la lectura).
Esto no es exclusivo para los privados, la norma se aplica para los públicos y comunitarios. La diferen¬cia es que estos últimos son gratuitos, están admi¬nistrados directamente por el Estado y en último caso el cuidado está a cargo de madres de la locali-dad, quienes reciben capacitación. Es decir, también consta de personal titulado, un proyecto pedagógi¬co, seguridad y condiciones sanitarias adecuadas.
Solo si un centro incorpora nue¬vos servicios puede incrementar los costos de las pensiones, ad¬vierte Andrade . Pero previa¬mente su dueño debe solicitar la revisión de ese aumento. De lo contrario, los costos rigen por dos años.
Laura González, Psicóloga Infantil, explica que desde el punto de vista de una necesidad diferente de los ni¬ños, el psicólogo (a) infantil es menos directo que el psicólogo clínico pero es más afectivo y lúdico lo que le permite llegar a integrarse con el niño, de una for-ma empática, sin caer en el juego de madre-paciente.
Así como el adulto, un niño puede presentar depresio¬nes, muchas veces los adultos piensan que solo ellos tienen problemas pero no se fijan que hay conflictos propios de cada edad y patologías que se pueden pre¬sentar en cualquier edad. Los padres pueden apoyar con actividades de estimulación que permitan la supe¬ración del niño todo enfocado en la salud mental tanto en la promoción de la salud, prevención y tratamiento.
Si se trata de complicaciones, existe la Fundación Ami¬gos Benefactores de Enfermos Incurables (Abei) que cuenta con consulta externa en varias especialidades, Pediatría, Medicina General, Neurología, Neurope¬diatría y Traumatología. Y un centro de cuidado diario para menores de 5 años en que los niños con diferentes discapacidades reciben las terapias necesarias, “ya sea terapia física, de lenguaje u ocupacional”, cuenta Gra¬ciela Valdivieso, directora del programa Abei Infantil.
El año pasado se recibió un promedio de cuatro denuncias telefónicas diarias y cerca de 13 escritas. Según Sandra Mena, técnica responsable de la Coordi¬nación Territorial Sur, de los 300 centros registrados en el sector 200 no tienen el permiso de funciona¬miento.
En este sentido, el gobierno de la revolución ciudadana, a través del Mies ha creado los Centros Infantiles del Buen Vivir (CIBV) que atienden a niños y niñas de cero a cinco años de escasos re¬cursos económicos, distribuidos en ocho unidades de Atención en las zonas urbanas y rurales de la Provincia de Pichincha. Los niños y niñas que asisten diariamente a los CIBV tienen acceso a Educación inicial, Salud preventiva y curativa, alimentación (4 comidas al día) y cuidado diario; en donde lo princi¬pal es el buen trato que reciben de las 42 Educado¬ras Comunitarias.
Para Marianita Guamanarca, madre comunitaria de La Colmena, el accionar del nuevo Infa no es bueno ya que si bien es cierto el gobierno aporta con ali¬mentación pero no alcanza, ya no podemos pedir¬les a los padres de familia que nos colaboren con un pequeño rubro y de esta manera los centros, hoy lla¬mados “del buen vivir”, se irán para abajo. Para que este proyecto sea del buen vivir deben empezar con los niños, brindándoles las becas que se merecen y de igual manera a las madres un sueldo digno.
Pero, ¿cómo saber si el centro está en buenas condi¬ciones? A continuación le presentamos varios detalles que debe tomar en cuenta.
* El local del centro no debe ser compartido con una vivienda.
* La cocina tiene que ser independiente y se requiere de un sitio para guardar los materiales de limpieza, los cua¬les debe estar fuera del alcance de los niños.
* Las áreas deben estar separadas, según las edades.
Las baterías sanitarias tienen que ser exclusivas para niños y otras para el personal.
Hay que mantener aseado el lugar, especialmente la co¬cina y el comedor, además contar con servicios básicos y basureros en distintos puntos del centro.
Asignar a cada niño material de aseo y disponer de un botiquín de primeros auxilios.
De esta manera podemos evitar y asegurar el trata¬miento y desarrollo de los que hoy son los causan¬tes de esperanza para días mejores.
Es obligatorio contar con un área externa de recreación , suficiente para el número de pequeños (lo ideal es más de 3 m² por niño).
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