domingo, 1 de enero de 2012

¡VAMOS CON RUMBO AL TREN !

 POR: Lorena Yepez Pobon
CARLOS EN EL TREN- ESTACION CHIMBACALLE

Revivir al “tren más difícil del mundo”
Existe un lugar en la capital que al visitarlo nos transporta al entrañable pasado, ese lugar es considerado como el Primer tesoro del Patrimonio Material de Quito, se habla de la Estación Ferroviaria Eloy Alfaro, ubicada en el tradicional barrio de Chimbacalle, al sur de la ciudad, es un monumento patrimonial que recuerda la culminación del denominado Ferrocarril del Sur. Su construcción se realizó entre 1905 y 1908, año en el que llegó por primera vez el tren a Quito.
Ante la expectativa y la evocación de recuerdos de su infancia, Carlos llega a la estación, tras veinte minutos de viaje en el trole siente que ha valido la pena. Es sábado y la tarde presenta un clima cálido, Carlos va en busca de información, desea realizar un viaje con sus amigos en la ruta Quito- Boliche-Quito. 
Él  los motivó, ya que mientras conversaban de las maravillas que posee el Ecuador, Carlos mencionó que junto a sus padres cuando éste tenía tan sólo 6 años realizaron un viaje en tren, ahora que tiene 23 quiere revivir esa experiencia y ¿ por qué no? hacerlo con sus amigos más queridos.
Al arribar a Chimbacalle, el muchacho se lleva una sorpresa, las oficinas no atendían en fin de semana, lamentablemente al revisar en la página web tuvo una confusión. Sin embargo no todo estaba perdido, Carlos se enteró que en la estación existe un museo, el mismo que recrea la historia de la construcción del ferrocarril y  atiende los fines de semana, así que decidió aguardar  e ir con una de sus amigas , el siguiente sábado para aprender más de este maravilloso lugar.
Este paseo lo vino pensando desde hace tiempo, el pensar en recorrer en tren las maravillas del país le apasiona, sobre todo visitar el reservorio en donde pretende tomarse muchas fotos con sus amigos y admirar la naturaleza.
 Así la semana siguiente llegó y Carlos se encontró con Alejandra en el  Centro Comercial “El Espiral”, caminaron unas cuadras y comentaban sobre lo que esperaban de aquel museo. – Ojalá haya un mini tren para subirnos- dijo bromeando Alejandra, así se aventurarían a aprender más sobre la historia de nuestro país.
El barrio de Chimbacalle se muestra tranquilo, las calles son angostas y poseen mucha historia. ¡Es hora de que comience la aventura!, la estación de ferrocarril es gigantesca alberga varios trenes, en el suelo hay grandes rieles, en fin ¡parece otro mundo!
Carlos y Alejandra sienten emoción al entrar al museo, ya que observan muchas cosas interesantes. Una guía está dispuesta a explicarles todo sobre el tren, a medida que caminan por la sala se van enterando de cosas nuevas,  el museo es espacio destinado a recrear la historia e ilustrar a los visitantes la construcción del ferrocarril, sus misterios, vivencias y anécdotas. El museo constituye un ícono de la infraestructura ferroviaria recuperada.
Los visitantes encontraron en su interior los elementos que componen la línea férrea: base, sub-base, balasto, rieles, durmientes y un coche de mano. Además de una maqueta a escala donde se observa todo el recorrido del tren desde Quito hasta Durán y lo que fueron los ramales del norte y del sur.
Carlos y Alejandra  se remontarán a la historia para conocer las dificultades de la construcción del Ferrocarril del Ecuador. Los problemas políticos y económicos de la época, pero sobre todo, los inconvenientes geográficos y naturales, que le atribuyeron el calificativo de “Tren más difícil del mundo”, como se lo conoce hasta la actualidad.
El Museo del Tren de Chimbacalle tiene un espacio interactivo, áreas de juegos y de aprendizaje tales como el telégrafo, aquel equipo de comunicaciones fundamental a inicios del siglo pasado; un prototipo acústico del “Efecto Doppler”; el mecanismo de biela - manivela que transforma un movimiento circular en uno de traslación; y el efecto que causa la fuerza centrífuga.
Tras media de hora de recorrido, los jóvenes terminan satisfechos, les impactó el alcance nacional que tiene este tren. Nuevamente no pudieron averiguar personalmente sobre los viajes, pero al siguiente lunes, Carlos vía telefónica los reservó, luego de conocer sobre la maravillosa historia del tren les atrae aún más vivirlo de cerca,  ahora ya tienen su pasaje reservado para el 20 de noviembre.
Es momento de regresar casa con la certeza de que emprenderán un buen viaje, el Gobierno ha abierto las puertas al ferrocarril para aventurarse por el Ecuador, así se forjan sueños. ¿Por qué no darse un tiempo en conocer sobre este maravilloso avance que tuvo el país en la época de 1905?, ¡vamos a disfrutarlo!

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